viernes, 2 de diciembre de 2011

Sabiha Görçen Havaalani

Hoy he reflexionado sobre los sentimientos que se pueden venir al entrar o estar en un aeropuerto, pueden ser opuestos pero siempre son muy verdaderos y fuertes.


Hace tres meses y medio, pisé este aeropuerto, estaba... cómo decirlo, acojonada (así os lo digo...) nerviosa, todo en turco y mi inseguro inglés, me sentía indefensa, sola, observada por todo el mundo, gente extraña que caminaba por el aeropuerto, velos, chadok... todo nuevo para mí, no entendía los restaurantes y tuve que comer en un Burguer King, y no sabía lo que luego me iba a esperar en este país.


Hoy, he vuelto a estar en este aeropuerto, esta vez he llegado en autobús, no en una conexión de vuelo, y he recordado los lugares por donde pasé, donde comí, donde facturé, los restaurantes que veía muy raros y diferentes y que ahora digo, "¡pero bueno, si es borek, açma, pogada, simit etc... todas estas cosas típicas turcas!". Ahora siento que puedo defenderme porque soy más segura con mi mini-turco y mi inglés mejorado, ahora las personas que caminan no me fascinan tanto ni me impresionan, porque llevo conviviendo con ellas 3 meses y ni yo me quedo mirando como una auténtica guiri.


Pero lo mejor de todo es que no estaba nerviosa, no estaba asustada, estaba feliz, completamente alegre de sólo pensar que iba a volver a mi casa, a mi casa turca, porque para mí las personas de Izmir han y serán como mi familia turca, siempre cuidaron de mi, quisieron lo mejor para mi y yo sigo sin poder describir todo aquello, por lo que caminaba por los pasillos del aeropuerto pensando en llegar y se formaba una sonrisa tonta en mi cara. Por lo que me acordé de mi primer día y vi cómo han cambiado las cosas y lo bien adaptada que estoy aquí. Me siento bien.


Por otra parte, decir que es un lujo estar en menos de una hora en Izmir... eso si, una hora de autobús en Istanbul (porque el aeropuerto está a tomar vientos) y una hora en Izmir por lo mismo, voy de ciudad enorme a ciudad grande. En el control de metales, no me hicieron sacar el portátil de la mochila, cosa que me sorprendió pero agradecí por las molestias y luego para explicar en el avión todas las indicaciones nos pusieron un vídeo de la compañía Pegasus donde actuaban niños que te iban diciendo lo que tenías que hacer, muy graciosos ellos, con subtítulos en inglés.


Finalmente llegué a Izmir y no podía creer que pudiera estar de nuevo allí en el origen de toda esta historia, cogí el metro y me recordó, esos asientos que tantas veces vi cada vez que iba a clase de turco... ains... y finalmente me encontré con Zolti en el metro de Üçol, mi parada, nuestra parada de cada mañana. Lo curioso es que hay como 6 paradas diferentes en Üçol y sin acordar la boca de metro, hemos coincidido en esperar en la misma, ¡qué cosas! Cogimos el 79 y llegamos a casa de Selda, y allí estaban todos, Ali, Kata, Öyküm, Selda... y cenamos una cena a lo Selda, riquísima como siempre, tuvimos pescado frito ¡uhmm! hasta vi que mi turco mejoró porque pude decirle algunas cosas más a Selda, en fin, que hemos tenido una de esas cenas que taaaaaaaaaaaaaaanto he echado de menos y ha sido genial, ahora me voy a acostar porque mañana hay más cosas que hacer.


Iyi geceler!

2 comentarios:

  1. DIOS MIO!!!!!!!!!!!!!!!!!
    que cambiada que estas maria victoria!!!!

    1313

    muy wapa a todo esto, no entendi muy bien proque ibas al aeropuerto de nuevo, me explicas????

    hace un par de semanas hable con victor y paulo, fue un total agrado hablar con ellos de nuevo, espero poder verlos este año.

    un abrazo gigante

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  2. En un mes me toca pisar el aeropuerto de nuevo.

    No sé què pensar al respecto...

    disfruta Guatemala y Colombia.

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